Meditación para cambiar el ego
Enseñada, originalmente, por Yogi Bhajan en julio de 1979.
Siéntate en postura fácil, con un ligero jalandhar bandh.
POSICIÓN DE OJOS: Fija los ojos en los nudillos de los pulgares. Estrecha los párpados.
MUDRA: Mantén la columna recta y el pecho ligeramente elevado. Relaja los brazos a los lados. Levanta las manos delante del centro del pecho, al nivel del corazón. Las palmas se ven una a la otra. Enrosca los dedos para formar un puño relajado. Mantén los pulgares extendidos y apúntalos hacia arriba. Acerca las manos entre sí hasta que los segmentos superiores de los pulgares se toquen. El resto de las manos permanece separado.
PATRÓN DE RESPIRACIÓN: Trae tu concentración a la respiración. Crea un ritmo de respiración constante con la siguiente proporción y secuencia:
1.- Inhala a través de la nariz, lentamente. La duración es, aproximadamente, de 8 segundos.
2.- Sostén la respiración por dentro cerca de 8 segundos.
3.- Suelta la respiración a través de la nariz en 8 partes iguales.
4.- Sostén la respiración por fuera durante 8 segundos.
Una vez que este patrón está establecido, puedes incrementar el tiempo, gradualmente, de 8 segundos a tanto como quieras. Si incrementas el tiempo, mantén el mismo tiempo en cada sección del pranayama.
TIEMPO: Comienza esta práctica gradualmente. Inicia con 3 minutos. Añade de 3 a 5 minutos por semana de práctica hasta incrementar el tiempo a 31 minutos.
PARA FINALIZAR: Al final de una sesión, inhala profundo, estira las manos sobre la cabeza, y abre y cierra los puños varias veces. Relaja la respiración.
COMENTARIOS
Esta meditación tiene muchos efectos. Puede usarse para combatir la tensión y la hipertensión. También, crea una concentración profunda y un desapego que te permite observar tus apegos. Una vez que identificas tus apegos, los puedes dejar ir al desidentificarte de ellos o al darle el objeto de apego al Infinito, al Cosmos o a Dios.
Algunas veces, oirás fuertes sonidos internos tales como tambores, campanas, silbidos, etc. Parte de esto puede deberse a ajustes de presión en el cráneo y en los tímpanos. Si los sonidos se desarrollan en la meditación profunda, esto es un ajuste normal de las neuronas en la corteza cerebral. Este fenómeno pasará rápido, y no te debe distraer del proceso y del enfoque principal de la meditación.